12 de enero de 2011

Estilo nº3: la voz del libro, la otra cara de la historia

EL LIBRO PERDIDO (No, no me perdí, aquella noche me abandonaron)
Efectivamente, aquella noche me abandonaron en un banco. Mi dueño, ocultándose con una capa con capucha, atravesó el parque y me dejó en un banco como un perro sin dueño. Realmente no lo entendí… Vale que tengo aspecto viejo, pero todavía soy útil y no merezco que me desprecien. Para más inri, me borró, mediante un embrujo, todo mi contenido, menos mal que me di cuenta a tiempo e impedí que me borrara las palabras claves para deshacerlo y además, gracias al viento que hacía esa noche, pude hacer que se me doblara justo esa página.

A la mañana siguiente, una chica me recogió, me metió en su mochila y me llevó al colegio. Era mi oportunidad de llamar la atención de alguien, lo suficientemente listo,  como para ayudarme a recuperar mi poder.
En una de las clases, el profesor dio una patada a la mochila y me caí al suelo. Me abrió y se quedó sorprendido al ver que mis páginas estaban en blanco, pero mucho más al ver esas palabras sin sentido para él en mi última página. Yo, esperanzado ante la expectación y el interés del profesor, creí que sería él el que me ayudaría con mi problema, pero no, a la chica se le ocurrió la "fantástica" idea de que todos escribieran en mis páginas blancas. Empezaron a escribir en mis centenarias páginas historietas de niños de colegio y cuando las clases se acabaron, la chica me dejó al lado de un árbol. ¡Me volvieron a abandonar! ¿Por qué?
Ahora estoy al lado de este viejo árbol, vuelve a ser de noche y mi única compañía sois este gélido frío y tú, amigo al que te estoy contando esta historia… seas quien seas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario