Consiste en contar una historia de 99 formas diferentes como, por ejemplo, de forma retrógrada (al revés), lipograma (no aparece la letra E), carta oficial y homofónico (palabras que suenan igual).
Originariamente esta idea es del francés Raymond Queneau y, más tarde, Matt Madden se unió a la idea.
Matt Madden tiene una página web donde habla de él, sus ilustraciones, cómics, etc. y también de algunos de sus ejercicios de estilo, explicados con un ejemplo.
La diferencia que he encontrado entre los dos es que Queneau tiene diferentes formas de contar una historia respecto a la forma en sí y Madden utiliza siempre el cómic, pero desde vistas o estilos dibujísticos diferentes (el monólogo, vista subjetiva, el "voyeur", el punto de vista de su mujer, al estilo James Bond, superhéroe, etc.). También cambia la forma cuando lo representa en forma de mapa.
Este es el texto asignado para que nosotros, los alumnos, hagamos 9 variaciones siguiendo la idea de estos dos autores:
EL LIBRO PERDIDO
Una oscura silueta atravesó el parque. Llevaba consigo un libro de aspecto viejo. Lo depositó en un banco. La fuerza del viento hizo que se abriera y pasaran las páginas. En el momento en el que se cerró, una de ellas se quedó doblada.
Por la mañana, una joven recogió el libro. Se llamaba Carolina e iba de camino al colegio. Cuando el profesor impartía clase, el libro cayó al suelo y llamó la atención de él. Lo abrió, y para su sorpresa, las hojas estaban en blanco. Resultó que la última se encontraba doblada, con palabras sueltas sin sentido aparente.
Los alumnos se preguntaban por qué estaba vació y cuál era el sentido de su existencia. Calorina propuso que, al no haber escritura alguna, se inventaran una historia a través de las frase de cada uno de ellos.
Al acabar las clases, y esta vez con el libro a medio escribir, Carolina vio un árbol que le resultó llamativo. Decidió situarlo a su lado.
No, no estamos locas, ni ese día sufrimos una enajenación mental transitoria. Nuestro objetivo creativo tiene una explicación más lógica de lo que podáis pensar. 
Este año Roy Lichtenstein ha estado muy presente en nuestras vidas. También queríamos hacer algo parecido a una performance, que fuera original e impactante y, al mismo tiempo, hacer hincapié en la brevedad del tiempo (algo que cuando terminásemos de exponer en clase sólo quedase como testimonio fotos o vídeos, como el Arte Conceptual).
Me considero una persona bastante opaca, incluso para mí misma, aunque para ciertas personas soy casi transparentes. Este trabajo me ha supuesto un auténtico reto, he tenido que indagar muy dentro, donde da hasta miedo estar, para saber cómo me siento realmente, mis deseos, mis miedos, las cosas que me parecen importantes, los pequeños detalles que casi nadie sabe, y así hacer que fuera lo más fiel posible. Y me da mucho pudor ponerlo aquí porque es como si estuviera desnuda (sólo mi alma, claro) delante de todo el que se pase por el blog, que puede ser cualquier persona...
Siempre tenemos pensamientos y emociones que no contamos a nadie, y no es que no confiemos en esa persona, no, simplemente hay cosas que son nuestras, que están demasiado agarradas a nuestro corazón, que nos dan vergüenza, que pensamos que no les interesará a nadie, que pueden hacer daño a los demás, que nos duele contarlas…
Se trata de un cazador que pretende cazar a un oso, y el vídeo se llama Un cazador dispara a un oso. Entonces, justo antes de que le dispare, se supone que alguien desde fuera de la pantalla le dice que no lo haga, el cazador coge el tippez que tiene como supuesto anuncio a la derecha, borra la palabra disparar y te pide que escribas lo que se te ocurra que podría hacer con el oso. 
